El progreso: del hombre de neardental al siglo XXI

Arandi

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Svante Pääbo, Premio Princesa de Asturias de investigación científica y técnica 2018, ha abierto un nuevo campo de investigación, la paleogenómica, que ha hecho posible conocer la evolución reciente de numerosas especies, incluida la humana. Particularmente relevante es la secuenciación del genoma de los neandertales y el hallazgo de que genes de estos y otros humanos extintos forman parte del acervo genético de la Humanidad.

Sus estudios le llevan a concluir que hace unos 100.000 años los primeros antepasados humanos (Homo Sapiens) salieron de Africa y se esparcieron por el viejo continente donde se encontraron con los neardentales (Homo Neardenthalensis) con los que se cruzaron y tuvieron descendencia por lo que su ADN se trasmitió a los humanos que luego se esparcieron por el resto del mundo. De modo que todas las personas que están fuera de Africa en la actualidad tienen alrededor de un 2,5% de proporción de genoma de los neardentales.

Una de las diferencias fundamentales entre los primeros humanos modernos y todas las formas anteriores radica en la colonización del mundo. Las demás formas arcaicas de humanos dejaron Africa y jamas salieron del Continente Europeo mientras que los humanos modernos salieron de Africa y colonizaron cada pequeño fragmento libre de tierra en todos los continentes. Para llegar a sitios tan lejanos como Isla de Pascua o Hawai influyó sin duda su capacidad para la aplicación de técnicas en construir embarcaciones, pero también su determinación de viajar sobre el agua sin saber si había tierra al otro lado.

Nuestra civilización actual es el fruto de un largo proceso de aprendizaje de muchos miles de años; primeras herramientas, el descubrimiento de la luz, primeras obras de arte, domesticación de animales, descubrimiento de la agricultura, uso del cobre y del bronce, descubrimiento de la rueda, invención de la escritura, el papiro egipcio, el uso del hierro para la construcción de objetos, la brújula, la pólvora, la imprenta, el descubrimiento de América, el Renacimiento, Copérnico y el sistema solar, grandes descubrimientos astronómicos de Galileo, Newton y la ley de la gravitación universal, la Revolución Industrial, las vacunas, la fotografía, el teléfono, el motor de combustión de cuatro tiempos, el primer automóvil practico, el cine, los avances tecnológicos….

Los humanos no nos detenemos. Siempre estamos pensando en el progreso entendido como concepto que indica la existencia de un sentido de mejora en la condición humana.

Svante Pääbo ha sido galardonado con el premio Princesa de Asturias que se otorgan a aquellas personas y/o instituciones que contribuyen con su trabajo y sus méritos en las áreas científicas, técnicas, culturales, sociales y humanitarias al progreso y bienestar social de manera extraordinaria y ejemplar.

El entonces Presidente de la Fundacion Princesa de Asturias, Matias Rodriguez Inciarte dejaba constancia escrita de la importancia de la excelencia y la solidaridad.

Los textos ahora publicados nos recuerdan, por tanto, de dónde venimos e iluminan, al mismo tiempo, nuestro porvenir. Las palabras de los galardonados y de S.M. el Rey —siempre emotivas, comprometidas y sugerentes— nos sitúan en un tiempo que desde el pasado sigue interpelándonos y moviéndonos a continuar por la senda ya definida en 1980 por la Fundación y sus premios: la del compromiso social, la del reconocimiento de lo mejor de la cultura, de la ciencia, del deporte, de las acciones humanitarias. La senda de la excelencia y la solidaridad.

Excelencia y solidaridad son valores intrínsecos a la Fundación Dadoris, que tiene como visión el que la educación es el camino que enriquece al ser humano y permite construir una sociedad desarrollada, justa y sostenible.

Dentro de un contexto de igualdad de oportunidades, la misión de la Fundacion Dádoris es apoyar a jóvenes extraordinarios académicamente (con nota media de sobresaliente en el Bachillerato) pero que provienen de familias extremadamente humildes económicamente (Umbral 1 de la Administración) y que no pueden hacer frente al coste directo o de oportunidad de acceder a la Universidad u otros estudios superiores.

El apoyo se construye sobre dos pilares para poder maximizar todo el talento y empeño que ponen estos jóvenes:

Apoyo financiero. Son becas muy importantes, 6.000 euros al año. Las más importantes, económicamente, en España para este segmento de edad y enfoque.

Mentoría. Asesoría y tutela a estos jóvenes para ayudarles a dar sus primeros pasos en la Universidad y para prepararlos hacia su futuro profesional. Así por ejemplo, los becarios han participado el pasado mes de septiembre en los talleres de ciencias impartidos en Granada por doctores de Harvard, MIT y Georgia Tech.

La actividad de la Fundación Dádoris va más allá de ayudar a un grupo de jóvenes excelentes, busca, humildemente, mejorar España:

Consiguiendo que ningún talento excelente se pierda y aporte a la mejora de nuestro país.

Haciendo realidad el mensaje de que somos una sociedad meritocrática: si te esfuerzas, si tienes talento, no hay impedimentos para que triunfes.

Educando a líderes que en el futuro compartirán dichos valores desde el agradecimiento.